Yo no creo en presagios y, sin embargo, llevo unos días sintiéndome "desvencijada" y con urgente necesidad de despedirme, de cerrar ciclos, de reconciliarme y ofrecer disculpas a ciertas personas, de recuperar y mantener a otras. Tendrá que ver el que, parece, mi salud me está jugando una mala pasada y el que, por otra, se me vayan acumulando ciertos recuerdos y circunstancias...
Por ejemplo, recientemente recordé un reproche que me hicieron hace muchos años: " tu orgullo hace que deseches a las personas, sin considerar si lo bueno pesa más que lo malo...y sigues delante como si lo pasado no fuera significativo".
Con toda sinceridad, no considero que haya sido nunca así...solo que realmente no importa cuando me detengo a considerar que ésa impresión causé en alguna persona y que, a causa de ésto, se haya sentido lastimada.
Las relaciones se construyen paso a paso, construyendo los cimientos de la confianza, la empatía y el cariño...pero a veces cuesta, mucho, liberarse de estrategias antiguas (lo he dicho siempre, me sabotean). Me ha pasado, muchas veces, lo que a Sabina: "Los besos que perdí, por no saber decir, te necesito”...he tenido que ser "fuerte", con esa fuerza aparente que el miedo viste para disfrazarse.
Yo provengo de una familia que habla mucho, que es muy "para afuera", que no se guarda nada... parecemos enemigos del silencio, y a veces esto de ser tan afuera es difícil de soportar para otras personas. Mi familia uno de mis asideros (los otros dos, mi optimismo y mis amistades) Pero en estos momentos, mi se encuentran tan o más confundidas que yo y, acostumbradas a verme siempre bromeando, si me ven mal, se provoca tal caos que, en estos momentos, me resulta imposible.
Sí, me siento desvencijada y mi estúpido optimismo (o pesimismo ilustrado que alguien me lo dijo también) tampoco me está funcionando mucho como asidero...El otro asidero importante son mis amigos y, como no sé administrarme con ellos, uno, inconscientemente, me ha estado pegando una paliza... no encuentro la manera de hacérselo saber sin ofenderlo, de nuevo, para hacerle saber que mi manera de necesitarle es conversar con él sin sentir que piso entre guijarros. Miren si será curioso que yo, cuando saludo, siempre doy un abrazo, que se sienten bien en cualquier momento. El cuerpo tiene un lenguaje que, a veces, los oídos no comprenden o no escuchan. y, con el tiempo, he aprendido que, a la gente, no la abrazan lo suficiente.
Aquí, en este risco donde me han leído docta, enfadada, indignada y triste, confieso que me siento desvencijada y necesito de ese abrazo que me daban sus conversaciones.
Este tren desvencijado
ha visto estaciones nuevas y viejas
paisajes agrestes
lagos placidos
barrancos y valles
detiene su viaje a placer
sin lógica ni tiempo
fantasmas de amores extraviados viajan en el
sigue su rumbo destino al sur
siempre al sur
ahí se encuentra la ultima estación
cubierta de velos y misterios
hierro y madera oxidados
al cruzar el arco principal
se trasforman en novedad
y el alma lo aborda sin traer boleto
en la estación del delirio
se confunden realidad y fantasía
fantasmas y trenes bailan
se cruzan
se abordan
se encuentran
"Este tren desvencijado" Amanda Covarrubias Martinez
ha visto estaciones nuevas y viejas
paisajes agrestes
lagos placidos
barrancos y valles
detiene su viaje a placer
sin lógica ni tiempo
fantasmas de amores extraviados viajan en el
sigue su rumbo destino al sur
siempre al sur
ahí se encuentra la ultima estación
cubierta de velos y misterios
hierro y madera oxidados
al cruzar el arco principal
se trasforman en novedad
y el alma lo aborda sin traer boleto
en la estación del delirio
se confunden realidad y fantasía
fantasmas y trenes bailan
se cruzan
se abordan
se encuentran
"Este tren desvencijado" Amanda Covarrubias Martinez