Pero, también estas fiestas nos dan la posibilidad de felicitar a los amigos, saludar a los vecinos, caminar ligero y, sobre todas las cosas, compartir con la familia. Y si tenemos niños pequeños, además, jugamos al espía y nos desvelamos para poner, bajo el árbol, los presentes que al día siguiente serán la delicia de "nuestros" niños, aunque esto implique: comerse todas las galletas y beberse el litro de leche que dejan para el Papá Noel (es que mis hijas son así de exageradas); desordenar el heno (para los animalitos de los Reyes Magos); levantarse temprano a ponerle baterías o armar los juguetes, maldiciendo mentalmente a los fabricantes que, serán todo lo bueno que quieran para poner tuercas, pero a la hora de redactar instrucciones se creen que somos expertos de la NASA (Ah, la nostalgia por los juguetes de antes: que uno jugaba con ellos y no al revés).
Pero bueno, una olvida todos estos "pequeños" inconvenientes en el momento en el que vemos la carita de "nuestros" niños, iluminarse con la magia que estas fiestas representan para ellos. Y es que es así (o debiera): estas fiestas son para eso, para rodear a la infancia con magia, para celebrar a nuestros niños y mostrarles cómo, si se quiere, el mundo puede renovarse con los deseos y actitudes de las personas que habitamos en él... aunque sea una vez al año.
Hoy quiero contarles sobre un trabajo que se está realizando para atender una parte de la población mexicana más necesitada y que, por falta de difusión y de apoyo (además de las veleidades políticas de ciertos personajetes) , corre el riesgo de desaparecer: "Hacedores de las palabras"
El CONAFE (Consejo Nacional de Fomento Educativo) es una institución de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que, durante muchos años, se ha dedicado a la elaboración de programas y material de apoyo, así como a la capacitación y actualización de docentes y promotores, para atender diversos niveles educativos y segmentos de la población que, de otra manera, no recibirían la atención educativa o el apoyo que necesitan.
Entre muchas de las actividades que realiza, el CONAFE cuenta con escuelas comunitarias en las localidades más remotas y pequeñas (con menos de 100 habitantes) del país. Estas comunidades, por lo general, son habitadas por personas de herencia indígena y, en muchos casos, el español no es la lengua franca del lugar. Conjuntamente con el CDI (Consejo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas), el CONAFE desarrollo el programa "Hacedores de las palabras", en aquellas comunidades indígenas donde opera la Modalidad de Atención Educativa a Población Indígena
"En el año de 1997 en CONAFE se dio a conocer una convocatoria para que las niñas y los niños indígenas atendidos con los programas educativos de la propia institución escribieran textos en sus lenguas maternas a fin de elaborar una colección de libros donde estuvieran representadas las mayorías de las lenguas que se hablan en las comunidades y que a la vez servirán como material didáctico en su proceso de aprendizaje. Es así como surgió el proyecto editorial “Hacedores de las Palabras”.
Se recibieron aproximadamente 2,500 textos en las diferentes lenguas indígenas que se hablan en la República Mexicana, los cuáles se agruparon en 18 temas principales, que dieron como resultado algunos de los siguientes libros: cuentos de animales, conejo y coyote, maíz, comida y recetas, agua, así soy yo y otros.
Todos los textos que se recibieron fueron originalmente escritos por los niños y niñas del CONAFE en las lenguas indígenas y traducidas al español, por ellos o por sus instructores. Las ilustraciones surgieron de los talleres de plástica organizados con el fin de que fueran los propios niños quienes ilustraran los 500 textos seleccionados". FUENTE: CDI
Además de este trabajo editorial, el programa cuenta con un portal de internet, que recomiendo ampliamente:
"Ellos son quienes han escrito e ilustrado con imágenes sus historias, recetas, poemas, adivinanzas, anécdotas, refranes y otros muchos saberes en sus idiomas. También fueron ellos quienes realizaron las grabaciones de voz en las lenguas originarias y en castellano, así como los guiones necesarios para hacerlos con calidad. Es un trabajo colectivo muy arduo, los Instructores y Capacitadores apoyaron en el proceso de recopilación de información en cada una de las comunidades indígenas que atiende el CONAFE". (FUENTE: HACEDORES DE LAS PALABRAS).
Algunas secciones del portal aún no están completas, y creo adivinar porqué: no ha sido la falta de entusiasmo de los talentosos niños, profesionales y capacitadores, más bien es una cuestión de recursos y de interés. Por un lado, actualizar un portal desde una región alejada es prácticamente imposible (vamos, a veces los maestros de esas comunidades tienen que esperar meses a que lleguen sus salarios). Pero, además, se está hablando de desaparecer al CONAFE, o de reemplazarlo con alguna de esas "brillantísimas" ideas que tienen nuestros gobiernos para terminar con programas que sí están funcionando y realmente benefician a la población, con el objetivo de desviar los recursos hacia otras áreas que realmente les interesan (sus bolsillos , por ejemplo). Y así, como el CONAFE, hay muchos otros programas en peligro: los "Libros del rincón" (libros infantiles, de calidad y a bajo costo) y las "Bibliotecas de aula" y las del "Maestro", por citar algunos ejemplos.
Pero qué podíamos esperar en un país, cuya encargada de la SEP, hasta antes de serle regalada la Secretaría, contaba como único logro el haber publicado un "libro" llamado "¡Dios mío, hazme viuda!"
Y mientras sigamos dejando pasar las cosas, porque no nos ha tocado sufrirlas a nivel individual, me temo que seguiremos aguantando y aguantando y aguantando.
En fin, al menos desde esta pequeñísima "trinchera", con el profundo pesar por la Reforma de la Educación Secundaria (que se estudia de los 12 a los 15 años) que, entre otras cosas, redujo la enseñanza de la Historia (nacional y universal) de tres a tan sólo un año, les quiero dejar una simpática leyenda sobre el origen de la humanidad, así como un juego tradicional del sureste mexicano. A mis alumnos les hacía muchísima gracia .
Espero que les guste y feliz fin de semana a todos.
FUENTE: "Hijos de la Primavera: vida y palabras de los indios de América"; F.C.E., México 1994
-¿Quién va a utilizar tanta riqueza? ¿Quién podrá terminarla? -se preguntaba el señor Tlalocan.
Todo se quedaba igual, nada menguaba. El señor Tlalocan hizo entonces dos seres con más entendimiento, para mandar sobre lo que ya estaba; el hombre usaría el mundo y la mujer haría el nido y en todo le ayudaría. Eso decidió el Señor Tlalocan cuando los puso sobre la Tierra. Los dejó allí y luego los espió. Solamente andaban como sombras, no se hablaban ni se acercaban uno al otro.
-¿Qué haré? -se preguntaba. Les puso varias trampas para hacerlos hablar entre sí. Nada.
Por fin dio con la solución: Juntó un puñado de piojos y los dividió en dos partes. Echó una en la cabeza del hombre, la otra en la de la mujer. ¡Ahora sí! Entre las pocas cosas que no puede hacer una persona sola está despiojarse. El hombre y la mujer comenzaron a rascarse y rascarse. Se comenzaron a espulgar uno al otro. Y como eso toma tiempo, se pusieron a platicar de corazón. Así se unieron el hombre y la mujer y de el los nacimos todos los que estamos en esta tierra.
"¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¿Dónde estás, Pedro Iguana?" Pedro tiene que responder con un silbido si los jugadores van lejos de su rastro; pero si están cerca, se mantiene en silencio para no delatarse. Cuando al fin lo encuentran, debe tratar de huir. Los cazadores se le echan encima para atraparlo y Pedro Iguana rara vez consigue escapar.
El juego continúa y el muchacho que lo encontró primero se convierte en el nuevo Pedro Iguana.