Hace un par de años, en mi antiguo blog, colgué una entrada con el mismo título que esta que estoy escribiendo hoy. El motivo era, más o menos, el mismo: tomar distancia de cierta situación, para analizarla y seguir avanzando. Por esa época, además, estaba descubriendo o volviendo a leer obras de algunas de mis escritoras favoritas, como "Antigua vida mía", de Marcela Serrano, y un precioso relato de Ángeles Mastretta, titulado "Ninguna eternidad como la mía".
El de Mastretta, según algunos críticos, puede ser considerado un cuento largo o una novela corta. Yo, que no soy crítica literaria ni mucho menos, encontré en este relato muchas frases que, en cierta medida, me han permitido desapegarme para limpiar el armario de telarañas: tirar lo usado, lo inservible, para dejar entrar algo nuevo y, con algo de suerte, mejor.
"Ninguna eternidad como la mía", es la historia de Isabel Arango, una joven que emigra a la Ciudad de México, para estudiar danza:
"Haber amado es haber vivido de verdad. Isabel Arango tiene una vocación indestructible: bailar, llegar a ser una gran bailarina. No importa lo que quede atrás; su pueblo natal, su familia, su infancia. Su vida ahora es la ciudad de México, las clases de Madame Alice, los sabios consejos de Prudencia Migoya, los sueños de grandeza. Que si tiene talento para lograrlo? Lo tiene, y de sobra. Así es como una noche, bailando un "tristísimo cantar mexicano" con una coreografía inventada por ella, enamora a Javier Corzas, un hombre como todos los hombres, arrollador por fuera pero por dentro temeroso de los compromisos. Juntos vivirán la intensidad pura , eso que los seres humanos han dado en llamar "felicidad". Pero ese romance, en el que Isabel dejará que su amante le "tome la existencia", será también para ella un triste camino que la llevará a comprender la paradoja de que aún la "eternidad", de los instantes vividos con plenitud, termina." (En ÁNGELES MASTRETTA)
Javier Corzas, después de ir y venir por la vida de Isabel, se inventa un viaje a España para salir de una relación porque el papel en ella le estaba quedando muy grande. Yo no voy a decir que todos los hombres son como Corzas pero, al menos en México, hay muchos que se le parecen. Y hay (o habemos) algunas mujeres que, como Isabel, tratamos de sobrevivir a los "espejismos de nuestras ilusiones" (que diría uno de mis maestros en la Universidad) porque, a veces, ni la inteligencia, la experiencia, o la formación son escudos permanentes contra el canto de las sirenas (o tritones, según sea el caso), especialmente cuando se nos aparecen en esos momentos en que uno se encuentra con muchas cosas que tiene uno que resolver, simultáneamente y por lo tanto el nivel de atención desciende en otras áreas que no son urgentes, ni importantes por el momento.
"cuando los hombres inventan irse de repente, cuando pasan sin aviso de la adoración al desapego, es cuando ven a su mujer más crecida de lo que soportan… Prefiere irse él primero que quedarse a esperar cuándo te vas” (Piedad Migoyen a Isabel).
A mi no me han inventado un viaje a España, son otras excusas que, por inverosímiles (y ridículas) no vale la pena mencionar. Pero hay una frase "maestra", algo así como un anzuelo, que se me está volviendo un punto de partida. Me dijeron que no se habían enamorado de mí como concepto, sino como persona y, ahora que lo pienso, creo que en mi caso fue al revés: el amor estuvo dedicado al concepto, ya que la persona resultó mucho más pequeña. Lo cual me ha evitado sufrir más de lo necesario porque, creo, es más fácil cambiar de paradigma que renunciar al personificado objeto del deseo.
Haciendo un balance, qué incomodará más: el desamor o el des-deseo; el tiempo invertido o las frases huecas; el intento por insultar la inteligencia o la propia distracción.
No lo sé, lo que sí creo es que, éste, es uno de tantos momentos bizarros que me puedo permitir...porque uno a esta edad (y a cualquier otra) puede permitirse muchas cosas, incluyendo una "probadita de eternidad", aunque ésta dure cinco minutos, poco más o menos.
La abuela de Isabel, al comprarse una silla mecedora, elaboró el conjuro que les voy a escribir a continuación y que hoy vuelvo a hacer mío:
"Me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo que de éste me caiga encima, ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme. Ni la pena ni el éxtasis, para que cuando sea vieja tenga como deleite la detallada historia de mi vida".
Lo que no prometo es aprender a tejer, y no porque sea cierto que los perros viejos no aprendamos cosas nuevas...lo que sucede es que los ojos no me ayudan, jejejeje.
Besos a todas y todos, especialmente a quienes alguna vez han escuchado "Eres maravilloso(a), pero...; no eres tú, soy yo" y demás sandeces por el estilo.
El de Mastretta, según algunos críticos, puede ser considerado un cuento largo o una novela corta. Yo, que no soy crítica literaria ni mucho menos, encontré en este relato muchas frases que, en cierta medida, me han permitido desapegarme para limpiar el armario de telarañas: tirar lo usado, lo inservible, para dejar entrar algo nuevo y, con algo de suerte, mejor.
"Ninguna eternidad como la mía", es la historia de Isabel Arango, una joven que emigra a la Ciudad de México, para estudiar danza:
"Haber amado es haber vivido de verdad. Isabel Arango tiene una vocación indestructible: bailar, llegar a ser una gran bailarina. No importa lo que quede atrás; su pueblo natal, su familia, su infancia. Su vida ahora es la ciudad de México, las clases de Madame Alice, los sabios consejos de Prudencia Migoya, los sueños de grandeza. Que si tiene talento para lograrlo? Lo tiene, y de sobra. Así es como una noche, bailando un "tristísimo cantar mexicano" con una coreografía inventada por ella, enamora a Javier Corzas, un hombre como todos los hombres, arrollador por fuera pero por dentro temeroso de los compromisos. Juntos vivirán la intensidad pura , eso que los seres humanos han dado en llamar "felicidad". Pero ese romance, en el que Isabel dejará que su amante le "tome la existencia", será también para ella un triste camino que la llevará a comprender la paradoja de que aún la "eternidad", de los instantes vividos con plenitud, termina." (En ÁNGELES MASTRETTA)
Javier Corzas, después de ir y venir por la vida de Isabel, se inventa un viaje a España para salir de una relación porque el papel en ella le estaba quedando muy grande. Yo no voy a decir que todos los hombres son como Corzas pero, al menos en México, hay muchos que se le parecen. Y hay (o habemos) algunas mujeres que, como Isabel, tratamos de sobrevivir a los "espejismos de nuestras ilusiones" (que diría uno de mis maestros en la Universidad) porque, a veces, ni la inteligencia, la experiencia, o la formación son escudos permanentes contra el canto de las sirenas (o tritones, según sea el caso), especialmente cuando se nos aparecen en esos momentos en que uno se encuentra con muchas cosas que tiene uno que resolver, simultáneamente y por lo tanto el nivel de atención desciende en otras áreas que no son urgentes, ni importantes por el momento.
"cuando los hombres inventan irse de repente, cuando pasan sin aviso de la adoración al desapego, es cuando ven a su mujer más crecida de lo que soportan… Prefiere irse él primero que quedarse a esperar cuándo te vas” (Piedad Migoyen a Isabel).
A mi no me han inventado un viaje a España, son otras excusas que, por inverosímiles (y ridículas) no vale la pena mencionar. Pero hay una frase "maestra", algo así como un anzuelo, que se me está volviendo un punto de partida. Me dijeron que no se habían enamorado de mí como concepto, sino como persona y, ahora que lo pienso, creo que en mi caso fue al revés: el amor estuvo dedicado al concepto, ya que la persona resultó mucho más pequeña. Lo cual me ha evitado sufrir más de lo necesario porque, creo, es más fácil cambiar de paradigma que renunciar al personificado objeto del deseo.
Haciendo un balance, qué incomodará más: el desamor o el des-deseo; el tiempo invertido o las frases huecas; el intento por insultar la inteligencia o la propia distracción.
No lo sé, lo que sí creo es que, éste, es uno de tantos momentos bizarros que me puedo permitir...porque uno a esta edad (y a cualquier otra) puede permitirse muchas cosas, incluyendo una "probadita de eternidad", aunque ésta dure cinco minutos, poco más o menos.
La abuela de Isabel, al comprarse una silla mecedora, elaboró el conjuro que les voy a escribir a continuación y que hoy vuelvo a hacer mío:
"Me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo que de éste me caiga encima, ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme. Ni la pena ni el éxtasis, para que cuando sea vieja tenga como deleite la detallada historia de mi vida".
Lo que no prometo es aprender a tejer, y no porque sea cierto que los perros viejos no aprendamos cosas nuevas...lo que sucede es que los ojos no me ayudan, jejejeje.
Besos a todas y todos, especialmente a quienes alguna vez han escuchado "Eres maravilloso(a), pero...; no eres tú, soy yo" y demás sandeces por el estilo.
8 comentarios:
En este interesante artículo, nos regalas un trozo muy íntimo de tu vida. Creo que todos hemos escuchado alguna vez las frases tan manidas que citas. Siempre he dicho que la cobardía se disfraza de "peros". La grandeza de las relaciones es que siempre se puede volver a intentar. Y la grandeza de la vida, es, que a veces encuentras a la persona adecuada, aquélla que te quiere sin más, porque eres así o simplemente, porque no eres de otra forma.
Un beso.
Soledad.
creo que tod@s todit@s hemos escuchado algo similar alguna vez!
y bueno, el DESamor duele, pero también desaparece! (suerte que nada es eterno) ...
y, aunque en el momento cercano a la ruptura puede que no anime mucho, siempre va bien recordar el dicho: "la mancha de una mora, otra mora la quita" … y el bosque está lleno llenito de moras…
un besucón!
lore
Siempre me he preguntado por que los hombres son más proclives a soltarte una palabra preciosa seguida del odioso PERO... Como quien no quiere la cosa y así atenuar lo que viene a continuación...
Me indentifico plenamente con tu Entrada... Comprometerme ya es otra cosa, más difícil de conseguir... Se intentará...PERO
Muchos apapachos! Muchos!
Niña!!! pero que cosas escribes hoy. No sabria contestarte por puntos marcados porque no creo que sea ese el caso. Si has de llegar a vieja mejor vivir cosas buenas y si la vida también te depara cosas malas que sean estan lo suficientemente buenas para que las puedas superar ... y entonces solo entonces creo que vale la pena envejecer.
Un beso
No puedo creerlo!! te dejé un comentario kilométrico y no estáaaaaaaaaaaa!!!!
Bueno que aquí estoy de nuevo, que por algo vine, en fin...
Te decía que los hombres, hombres son y que me perdonen las excepciones a la regla.
La mayoría de ellos no tienen los "cojones"(dirían nuestros amigos españoles) de decir la verdad al terminar una relación. Que no te quieren más, que quieren a otra, lo que sea, pero no esa serie de boludeces que se les ocurre y que dañan más que si dijeran la verdad.
En fin, el "fulano" (como dicen por aquí) ha hecho de las suyas verdad??
Pues diría mi abuela "otro que tire y pegue" y a la mierda...
Perdón por las malas palabras, pero cuando dañan a un ser querido me pongo muy mal hablada!
Igual mejor haber vivido lo vivido y no, no haberlo hecho, eso es peor.
Te mando un enorme beso amiga, y ya vendrán tiempos mejores!
Muchas gracias Sol, Lore, Selma, Driada y Miriam.
Como dicen todas, lo importante es vivirlo todo intensamente...pera que valga la pena. Por otro lado, desde el fin de semana pasada me he visto rodeada de afectos, los suyos y de los amigos que tengo en México, lo cual me hace contar lo que tengo y olvidarme de lo que no está al alcance de mi mano.
Y tan cierto es lo del bosque lleno de moras y uno que tire que hoy noche, que es cumple de mi madre y mi "santo" (jejejeje)., además de serenata , he recibido una llamada, de esas del pasado que son agradables, invitándome a salir...así que, a limpiarse las telarañas y comenzar de nuevo, que lo mío no es estar deprimida mucho tiempo.
Besos a todas
muy bonitas frases tengo 16 y me ha conmovido mucho! lo tomare muy presente en mi dia a dia
Publicar un comentario