En Papantla, además de la vainilla, existe una tradición que se ha hecho famosa en el mundo entero, por la peculiaridad de su ejecución: Los Voladores de Papantla, u "Hombres pájaro", como también se les conoce en algunos lugares. Estos danzantes voladores han sido presentados en diferentes lugares fuera de México: Estados Unidos, España (Madrid, concretamente), Japón y Francia, por nombrar algunos países.
Pocos conocen lo que hay detrás de esta danza, así como el mito totonaca que le dio origen. Bien sea porque mucha de esta tradición desapareció con la Conquista (llegando hasta nuestros días solo por tradición oral), o porque en la actualidad, además de convertirse en un espectáculo turístico desvirtuándose un tanto, se ha suplido el árbol que antiguamente se utilizaba, por un poste de metal. Sin embargo, en algunos lugares de Veracruz, el rito se ha conservado completo, desde el momento de elegir el árbol, hasta el espectacular vuelo de los danzantes.
EL TZAKATKIHUI O PALO VOLADOR
Cerca de Papantla, existe una comunidad llamada Cuyuxquihui (cuyuxquigüi) donde, una semana antes del 21 de junio, los cuatro voladores son guiados por el Caporal o puxko (pushco) quien es el que baila en la cúspide del tronco, hacia el bosque en busca del árbol adecuado: debe medir más de 20 metros y ser lo suficientemente recto y consistente para cumplir su función en la danza-ceremonia.
Una vez elegido el tronco, el caporal comienza a tocar una flauta de carrizo y un pequeño tambor (mismos que utiliza durante el vuelo de sus compañeros). En ese momento se inicia un ritual para pedir perdón a Quihuicolo (quigüicolo), dios del monte, por sacrificar a uno miembro de la comunidad vegetal. Concluido el ritual, comienzan lo que llaman "chapeo" o limpieza de maleza y arbustos que rodean al árbol para, posteriormente, iniciar una nueva danza alrededor del tronco: en fila, los cuatro voladores dirigen sus pasos primero hacia el oriente, haciendo inclinaciones de cabeza mientras ejecutan complicados pasos de baile; luego hacen el mismo ritual hacia el poniente, el norte y el sur.
Una vez elegido el tronco, el caporal comienza a tocar una flauta de carrizo y un pequeño tambor (mismos que utiliza durante el vuelo de sus compañeros). En ese momento se inicia un ritual para pedir perdón a Quihuicolo (quigüicolo), dios del monte, por sacrificar a uno miembro de la comunidad vegetal. Concluido el ritual, comienzan lo que llaman "chapeo" o limpieza de maleza y arbustos que rodean al árbol para, posteriormente, iniciar una nueva danza alrededor del tronco: en fila, los cuatro voladores dirigen sus pasos primero hacia el oriente, haciendo inclinaciones de cabeza mientras ejecutan complicados pasos de baile; luego hacen el mismo ritual hacia el poniente, el norte y el sur.
El caporal, entonces, suspende la música para rociar la base del árbol con aguardiente y los voladores vuelven a danzar alrededor y a seguir rociando la base. Con un hacha uno de los voladores hace el primer corte, mientras el resto sigue bailando; así van turnándose hasta que cada volador da cuatro hachazos al tronco. Posteriormente inician la danza del perdón y, al terminar ésta, se procede al corte del árbol , sus ramas y la copa, haciendo una ranura en la base para amarrar ahí las sogas para arrastrarlo. Durante el trayecto al lugar donde se realizará la danza, el ´tronco del Tzakatkihui no debe ser saltado, ni tocado por mujeres y, los danzantes voladores además, guardan completa abstinencia durante los siete días previos a la realización de la ceremonia.
EL VUELO DE LOS DANZANTES
En el lugar elegido para la Danza, un grupo de hombres cava un hoyo donde se planta el tronco mientras, otro grupo recoge las sogas con el que será "vestido" y que sirven de escala por donde subirán los voladores; otro grupo más elabore la "manzana" o carrete sobre el cual el caporal realiza sus movimientos durante la danza. El Caporal y los voladores cortan la punta del tronco y la tallan hasta dejarla con un diámetro de doce y medio centímetros, para encajar ahí el carrete. Terminada esta operación, se "viste" el tronco para, posteriormente, ser "plantado" en el hoyo.
El Caporal se acerca al agujero y rocía un poco de aguardiente y, al son de su flauta y tambor, los voladores realizan algunos pasos de su danza mientras, uno de ellos, mediante una cuerda introduce una gallina negra, también rociada de aguardiente, dos veces dentro del hoyo para, posteriormente, subirla y soltarla. Una vez más se rocía la base del palo, primero hacia el oriente y luego al poniente, al norte y al sur. El caporal da un nuevo trago de aguardiente y con él rocía a la gallina, señal para que el tronco sea levantado y plantado en el agujero.
EL GRAN DÍA
El 22 de junio, el puxko y los voladores se acercan al Palo volador, con pasos cadenciosos. Al llegar a la base, inician sus giros en torno al tronco para, después, ir subiendo hacia la punta, ayudados por las sogas con las que se ha vestido. Al llegar a la cúspide, cada volador se sienta en uno de los cuatro lados que forman el carrete; las esquinas representan a los cuatro puntos cardinales. El caporal ocupa la parte superior del carrete, que mide apenas unos 40 centímetros de diámetro. Una vez ahí, comienza a tocar sus instrumentos en honor de chichini (el sol); después apoya en su espalda, cara al cielo, y pide protección para él y sus compañeros. Finalizada esta ceremonia, se pone de pie y, con la cara hacia el oriente, inicia un baile girando sobre la plataforma, hasta quedar nuevamente al frente del punto cardinal donde inició su giro para, después, sentarse. Entonces los cuatro voladores se lanzan girando hacia el vacío, con tan solo una cuerda anudada a la cintura. Deben bajar dando trece vueltas ya que, estas vueltas multiplicadas por cuatro, dan un total de 52, que es el número de años que completaba un siglo indígena: el fin y el inicio (el del "fuego nuevo") de una etapa en la vida de los pueblos prehispánicos.
"Los voladores descienden como rayos de Sol para fecundar la Tierra. Es una danza dedicada a la fertilidad. los voladores antiguamente usaban un disfraz de águila, ya que éstas representan a las almas de los guerreros muertos y sacrificados en las batallas. Estos regresaban a la Tierra para llenarla de frutos, flores, de vida y de belleza". (Fuente: MÉXICO DESCONOCIDO. LIBROS DEL RINCÓN 1999 SEP)
Les dejo este video, tomado en la Ciudad de Monterrey, para que puedan apreciar mejor, la Danza de los Voladores de Papantla.
Les dejo este video, tomado en la Ciudad de Monterrey, para que puedan apreciar mejor, la Danza de los Voladores de Papantla.
10 comentarios:
Es una tradición hermosa, y desde luego, impresionante. En España, en Cataluña, tenemos a nuestros Castellets: una torre humana en la que al final sube un niño pequeño. Suelen hacerla en las celebraciones especiales y fiestas patronales.
Un beso.
Soledad.
Gracias Sol, me buscaré información sobre los Castellets (espero encontrar algo en el youtube) que seguro será algo digno de ver.
Besos
ay bonita, vengo a darte las gracias por tu comentario en mi post de ayer! me ha llegado muchísimo...
de hecho, una de las diferencias fue con mi hermana y mi mamá :(
y si es cierto, eso de estar perennemente enfada con el pasado es requete-cansado ... habrá que dejarlo ir ya...
un besucón
lore
vaya, te acabo de dejar un comentario sobre el post y no se ha publicado! :(
te decía que qué valientes estos voladores que se atreven a lanzarse desde tan alto y con tan sólo una cuerda en la cintura!
y te comentaba también que en catalunya tenemos una tradición que es la de los "castellers"...¿la conoces? son verdaderas "torres humanas"...cotillea un poco un día por internet (yo no puedo contarte mucha porque desconozco su origen o su significado!)
un besito,
lore
pd: a ver si hay suerte y éste te llega!!!...
Pues sí Lore, éste si me llegó jejeje. Ya me recomendaba Sol ver los Castellers y prometo investigar sobre ellos...igual me quieto los reparos y hablo en el blog sobre esta tradición catalana.
Respecto a lo de las bodegas sentimentales, me alegra mucho que nos hayamos identificado. Yo sé que muchos hablan de la importancia del perdón, pero como humanos que somos, cuando algo nos lastima tenemos el derecho a perdonar o no, de acuerdo a lo lastimados que nos encontremos o a la justicia-injusticia de la situación. Así que, creo, perdonar no es obligatorio pero, para nuestra salud mental, lo que si es obligado es no meter nuestra energía en un agujero negro y dedicarnos a encontrar todas esas otras cosas maravillosas que seguro valen más la pena que cualquier otra cosa mala que nos ha pasado.
Muchos besos y gracias por pasar a visitarme
Tienen mucho valor, son acróbatas que hacen arte, me parece a mí.
Ya te han informado de la tradición que hay en Cataluña, en la que participan niños y jovenes.
Un saludo después de venir de tu parte del Atlántico.
Gracias Cecilia, espero que tu visita en tierras Americanas haya sido tal y como lo esperabas. Un beso
¡Magnifico! Había visto en varias ocasiones sus imágenes en los informativos y documentales de televisión. Ahora, gracias a ti, comprendo lo que hay detrás de este rito. Muy interesante.
En el foro de las Naciones en la ciudad de Barcelona pudimos deleitarnos con una exhibición como la que cuentas . Es realmente espectacular.
Un beso
Driada y Pedro, muchas gracias por su visita. A veces tengo la impresión de que me extiendo muchísimo en este tipo de entradas pero, cuando encuentro personas interesadas y sensibles, como ustedes y todos los amigos que me hacen favor de comentarme, pienso que vale la pena dar a conocer la información que va más allá del mero espectáculo.
Gracias a todos y feliz fin de semana.
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