MUSICA

viernes, 13 de febrero de 2009

La Pasita, los vecinos y el enigma de Gutierre de Cetina

Generalmente los lugares de los que les hablo, en las leyendas, son unos que conozco muy bien o de donde provienen muchos buenos amigos que, generosamente, me cuentan las historias tan detalladamente que me hace posible transmitirlas a ustedes. Cuando se combinan ambas cosas (el lugar y los amigos) la información y la leyenda se hacen entrañables. Este es el caso hoy pues al lugar del que les voy a platicar fui llevada por un grupo de buenos amigos que, además de tratarme como parte de la familia, me han dado a conocer rincones a los que pocos turistas tienen la fortuna de acceder. Así que, si me lo permiten , esta entrada se las quiero dedicar a ellos: a mis amigos, parranderos y sinvergüenzas, de la Tuna de la Universidad de las Américas.

En el centro histórico de Puebla, cerca del Callejón de los Sapos, se encuentra "La Pasita", una licorería-bar-cantina muy peculiar y de gran tradición. Fundada en 1916, por Emilio Contreras Aycano, su especialidad son los licores de fruta destilados artesanalmente. El licor estrella es, precisamente, la "pasita" que está fabricado con uva pasa y se sirve acompañado de un trozo de queso y la fruta seca, ensartados en un palillo.

La fama de este establecimiento inició partir de servir las bebidas de acuerdo al cuadras que el parroquiano pretendía "aguantar". Había quienes pedían una "Pasita" para dos cuadras, para cuadra y media o para cinco calles. El nieto del fundador cuenta que, dichas bebidas, dejaron de servirse porque"Mi abuelo nos platicaba que esas bebidas se tuvieron que quitar… porque sino la ciudad se quedaba sin habitantes (sonríe), pero fueron décadas cuando los parroquianos dieron gusto a su garganta y a su valentía", dijo. Se han servido "Pasitas" a todo tipo de personas, desde famosos como políticos, ex gobernadores, actores mexicanos e internacionales y artistas, hasta familias enteras "porque a los niños se les sirve su "Pasita Baby", una bebida sin alcohol". (Fuente: Turismo Puebla).
Además de la Pasita existen 22 diferentes tipos de licores, con nombres por demás alegóricos: Sangre de Bruja, Espuelas de Charro, China Poblana, Crema a Go-Go, Un Calambre, Sangre de Artista, Limón, Infierno verde, Itamo p'al Pulmón, Angelópolis, Sangre de Diablo, Sangre de Artista , Fantasma, Piña Helada, Almendra y Rompope. Las bebidas se sirven en tres niveles: principiantes, intermedios y profesionales.

Pero la fama de La Pasita, no se debe solo a los licores que se expenden. En gran medida la leyenda y el cariño que despierta este establecimiento, entre quienes lo visitan, se debe al ambiente que se ha mantenido desde que inició el local. Orgullosa de conservar el "ambiente familiar" por más de 90 años, La Pasita solo permanece abierta dos horas; no hay música en vivo, ni rocola, ni complacencias y el volumen de la música de fondo se mantiene a un nivel adecuado. No se permiten las palabras "altisonantes" ni tampoco se lidia con borrachos, pues la filosofía del local es la de disfrutar de las riquezas de Baco, sin perderse en el alcohol.

El sentido del humor de sus dueños, además, es otro de los atractivos del local: de acuerdo a los dueños, es el único lugar donde se dan clases de cubilete "por nota"; el decorado cuenta con fotos antiguas, notas de periódicos, billetes, monedas, botellas, historietas, caricaturas leyendas satíricas como: "Uff! Que potencia, porque tomé Pasita con frecuencia". "No lleve las manos vacías, mejor tome pasita todos los días". "A todo buen abogado, con Pasita lo he ahogado". "Para triunfar en amores, tomen Pasita señores".
También alberga un Museo de lo Increíble donde podemos encontrar, entre otros: una pecera con agua en la que se puede apreciar el único pez invisible; la granada que le voló la mano al manco Alvaro Obregón; la brocha con que se pintó el Mar Rojo; el compás con el que se trazó el circulo vicioso; la herradura del caballo de Troya", Espejuelos diminutos cuya leyenda refiere que se trata de los lentes del general Ignacio Zaragoza, quien los dejó empeñados antes de salir a dar fiera pelea a los zuavos del ejercito de Napoleón III. Igualmente famosos, son los concursos, por ejemplo, quien logre tomar 20 copas, tiene derecho a golpear un monigote con apariencia del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Pero el que logre tomar 100 pasitas (en 20 minutos, dice el cartel, en letra pequeña) gana 100 mil pesos y le pagan el funeral. En este caso refiere el propietario que en toda la historia de la tienda. Sólo una persona ha logrado tomar las 100 copas , en 1948.Otro intento fue hecho en 1984 por un joven español que alcanzó el segundo lugar, luego de ingerir 97 vasos de licor. Luego de esta experiencia fue hospitalizado a sólo tres vasos de alcanzar el récord.

A pesar de su fama, La Pasita también se ha visto afectada por los diferentes períodos de crisis financieras. De esto quedan testimonios escritos de viejos deudores que, además, nunca regresaron a pagar sus deudas y, por tanto, permanecen en la "lista negra"del local:: Gustavo Díaz Ordaz, expresidente de México (culpable de la matanza de estudiantes en 1968); Carlos I. Betancurt y Gonzalo Bautista (padre), ex gobernadores de Puebla, el doctor Julio Glockner. "Algunas cuentas aparentemente son insignificantes, pues el monto del adeudo es de apenas dos pesos, pero sólo en apariencia, si se considera que el costo de un trago era de diez centavos. Hoy el costo de una "pasita" es de 18 pesos, parejo" (Turismo Puebla).

Para quienes han querido descifrar la fórmula secreta de la "pasita", los generosos dueños les ofrecen la "receta secreta"... en un papel, escrita en letra tan pequeña, que ni con lupa se puede descifrar (¡Ah estos poblanos!).

En "La Pasita", escuché la Leyenda de "Los vecinos"..y me van a perdonar los poblanos si no la cuento detalladamente, pero después de tres "pasitas" ...¡Qué esperaban!

LOS VECINOS

En México la mayoría de las lujosas casas coloniales, andando el tiempo, se transformaron en conjuntos habitacionales donde, por regla general, se fueron instalando familias de pocos recursos, habitando tanto las salas principales, como aquellas destinadas antiguamente para la servidumbre. A este tipo de conjuntos habitacionales, se les llama "Vecindades".

Hace mucho tiempo, habitaban una vecindad poblana varias familias, unas con mejores condiciones económicas que otras.
Algunas pasaban hambre mientras que otras, gente poco compasiva e indiferente, preferían tirar la comida (por tenerla en abundancia) en las alcantarillas, que calmar el hambre de los menos afortunados.

Cierta noche, el sueño huyó de uno de los padres de familia, debido a la preocupación por conseguir trabajo que le permitiera alimentar a sus seres queridos. De repente, al somarse a la ventana, observó como una piara se acercaba a la alcantarilla para comer y, después de saciar su hambre, se retiraba del lugar. El hombre, curioso, decidió averiguar el misterio sobre el lugar de dónde provenían los cerdos. Así, la siguiente noche vigiló la alcantarilla y, cuando la piara se retiraba, salió el a la calle y los siguió para ver a dónde se dirigían.

Su sorpresa fue mayúscula cuando se dió cuenta que, los cerdos, se encaminaban a casa de las familias ricas y que, al llegar a la puerta, se transformaban en las personas que ahí habitaban. Tal era el castigo por su egoísmo y falta de solidaridad.

La historia no dice si, arrepentidos, aprendieron la lección y comenzaron a compartir...pero creo que a muchos les está haciendo falta una lección similar.

EL ENIGMA DE GUTIERRE DE CETINA, EN PUEBLA

Para algunos se trata de un homónimo, y existen algunos estudios que pretenden demostrarlo. Pero los poblanos tienen, incluso, una placa en la calle donde, de acuerdo al mito, Guierre de Cetina encontró la muerte mediante una puñalada que le dió un rival de amores.
La historia que cuentan, es la siguiente:

La amante de los ojos claros
(fuente: PUEBLA CAPITAL)


En el siglo XV, en la Puebla de los Ángeles, atrás del Convento de Santo Domingo, vivía una mujer hermosa por sus pupilas claras. Esta mujer, estando ya casada, nunca se había enamorado, por ello en sueños esperaba al caballero que mereciera su encanto.
Una mañana, al salir de misa el hombre soñado llegó a su vida. Era un joven de postura arrogante llamado Gutierre de Cetina, sevillano de origen, noble y de acomodada familia; soldado, más en peregrinación apasionada que guerrera, y que antes de su llegada a la Nueva España había seguido a la corte por toda España, Italia y Alemania; además estaba familiarizado con los clásicos latinos.

Al contemplar a doña Leonor de Osma, el caballero no pudo resistir al encanto de tanta belleza y calló enamorado. Trató de conquistarla con frases y versos de amor que le hacía llegar mediante su servidumbre, con lo cual la dama sabía que su alma se consumía ante sus bellos ojos. Sin embargo la bella dama no le contestaba a sus cartas y cuando lo hacía alegaba su condición de casada, oponiendo murallas ante el ataque de amor, sabiendo que éste se complacía en derrumbarlas.
El caballero nunca se sintió derrotando e intentó seguir concertando una cita. Llegó el momento en que doña Leonor de Osma decidió aceptar la cita y se dejo ver a los ojos del enamorado caballero desde su balcón, envuelta en finísimo velo blanco, como si la luna misma bajando del cielo, viniera a ceñir la magnífica escultura de su cuerpo.

Se dice que sus amores eran apasionados; pero la galante cortesanía de la época, sabía ocultar la intensidad de estas pasiones. Eran felices el caballero y la dama bajo el milagro oriental de este claro cielo de la Puebla de los Ángeles.
Mas, como la dicha es fugitiva y la felicidad incierta, sucedió que aquella noche, primero de abril de 1554, en que la dama esperaba soñando a su apuesto amado, después de que este hubo llegado y cuando se encontraban en su amorosa conversación , la fatalidad, encarnada en un cobarde, llegó calladamente. Bajo el miedoso temblar de las estrellas, estremecidas de horror, el puñal de los asesinos cayó una y varias veces en el cuerpo del caballero, del noble Don Gutierre de Cetina, que rodó ensangrentado, y el silencio de aquella noche, propicia al amor y al crimen, se rompió en pedazos por el grito delirante de la dama, la bellísima doña Leonor de Osma.
Y así fue como poco tiempo después a consecuencia de las heridas provocadas en esa noche trágica de abril, terminó la carrera gloriosa de amor y de batallas del hidalgo poeta, don Gutierre de Cetina.
Entre sus bellas composiciones, quedó como un verdadero modelo de ternura, elegancia y distinción el madrigal a unos “Ojos Claros” que fue inspirado por el incomparable fulgor los ojos claros de doña Leonor de Osma.

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos
más bellos parecéis a quien os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tomentosos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos

8 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cómo me gusta lo de la Pasita: me encantan estos lugares típicos, que tienen personalidad y no se pueden confundir. Lamentablemente, cada vez quedan menos en España, uniformados todos para que todos los lugares sean iguales.

Guadalupe Munguia dijo...

Hola Pedro

Pues por acá van quedando pocos , por lo de uniformarse pero también por cuestiones económicas. Lo ventaja de La Pasita es que, es tan poblana, como la china y los camotes, que difícilmente los poblanos permitirán que cierre algún día.

Besos

Martine dijo...

¡Qué suerte tienen los componentes de esta Tuna por tenerte como Amiga y vice versa..!
Siempre me quedo enganchada leyendo tus Entradas, Lupita, y como no, salgo encantanda... te voy a confesar que me he tomado mis "Pasitas" tambien...y que intentaré encontrarlas en algún comercio de por aqui...

De las leyendas que te puedo decir... que cada vez me apasionan más..

Besitos muchos y cariñosos y apapachos... mi Niña Linda.

Miriam dijo...

Lugar agendando si es que alguna vez visito tus tierras. Esos lugares tan típicos suelen ser especiales. Como tus leyendas!!
Besos amiga

Soledad Sánchez Mulas dijo...

En mi ciudad, existen todavía "bares" con historia -aunque cada vez menos-.
Nos haces saborear Puebla de tal forma... que ya me están dando muchas ganas de "cruzar el charco" y visitarla.

Un beso.

Soledad.

Migdalia B. Mansilla R. dijo...

Definitivamente México será uno de mis destinos. ¡Qué gusto leerte y recrearse por tus historias y geografías!

Besos,
Migdalia

Guadalupe Munguia dijo...

Gracias Migdalia y, si te animas, será un gusto muy grande recibirte por estas tierras.

Muchos besos

Anónimo dijo...

Pues si esta muy buenas las Pasitas, pero muy caras. La verdad es que don Emilio ya se la jala con sus precios.