MUSICA

sábado, 10 de septiembre de 2011

QUÉ HAGO YO EN LA CAMA DE FRIDA




 Pues sí, regresé con muchas ganas de comenzar a poner en orden mis espacios; a visitar los de mis entrañables amigos y a publicar que, me siento, muy llena de palabras  despuès de tanto tiempo.

Ayer, por ejemplo, estaba decidida a reanudar la serie de "Leyendas de los viernes", porque la disfruto mucho y, además, porque revisando las visitas observé que, a pesar del tiempo de silencio, hay personas que entraban a leerlas (y sí, quizá sea presuntuoso de mi parte pero supongo que en los tiempos que corren leerse una leyenda, aunque mal hecha, servirá de descanso)

   En fin, que decía yo que estaba decidida a continuar la serie, por lo que ya conté y porque era viernes. Pero una vez frente al teclado y con la leyenda elegida...no supe por donde comenzar: había ya escrito tanto- y tan poco- sobre los kunkaak que, simplemente, sentí que flaco favor hacía  publicando sin documentar la entrada lo suficiente (o al menos en un nivel que me satisficiera).
Así que, en lo que recupero el ritmo -bloguero y vital- mejor voy a compartir un proyecto nuevo en el que he estado trabajando durante el tiempo en que este espacio permaneció en el limbo.

Dos años, sin computadora, en medio de la nube negra y con muchas ganas de decir algo dan , por lo menos en mi caso, para buscarse algo que hacer en lugar de sucumbir al "síndrome del desocupado". Y si como supongo, la casa de una persona está llena de sus implementos de trabajo, la mía esta inundada de juegos didácticos, plastilina, colores y ...muchísimos cuadernos, hojas y libretas, que se han quedado algo huérfanos debido al desempleo de su dueña... lo cual es una lástima porque, al igual que con ella, las cosas que no se utilizan se van deteriorando. Asì que, una tarde, tomé la libreta más gorda y comencé a escribir  a la antigua: bolígrafo en mano (como Monsiváis, que no tocaba máquina de escribir, ni computadora...y ya no sé si por afecto al aroma del papel en blanco y tinta derramada, o porque en esto de las máquinas era algo precavido ).

Y, bolígrafo en mano, terminé unos folios a los que pomposamente llamé "En la cama de Frida: fibromialgia a la mexicana" que, no es otra cosa que unos apuntes sobre MI fibro y sobre lo mucho que he aprendido de ella y de mí misma. Y sí, me encantaría verlo publicado aunque solo a mí me sea útil. Pero como también para publicar en papel hace falta dinero y no lo tengo... ahora que vuelvo a las andadas me abrí un espacio nuevo, en blogger, para transcribir los casi 300 folios llenados a mano: "En la cama de Frida" . Todavía está en construcción...y debo estar verdaderamente loca al publicarla cuando, entre otras cosas, tengo este espacio todavía algo abandonado. Pero el esfuerzo en la de Frida es menor que aquí, en tanto que se trata de reproducir un trabajo que ya está hecho. 

Y, aunque todavía tengo que hacer algún trabajillo cosmético...quise dejarles la primera entrada  (que, junto con la página de  PRESENTACIÓN , son las que hasta ahora tengo publicadas) del blog que, espero en esta semana, esté listo para leerse completo. 

Se aceptan críticas, propuestas y consejos...que yo sé que ustedes son muy objetivos y con mucha experiencia en esto de tratar de publicar.
Besos y buen fin de semana


QUÉ HAGO YO, EN LA CAMA DE FRIDA

La cama de Frida. 
Coyoacán 
Ciudad de México



  Lo que hago yo, en la cama de Frida es, en ocasiones, tumbarme a mirar cómo el mundo respira, duerme, despierta y vive  sin mí. Otras veces, me tumbo a planear cómo voy a aprovechar los malos momentos y a tolerar los malos, cuando los tengo.
Hay días en los que, esta cama,  me sirve como refugio; otros  es una trinchera. Pocas, muy pocas veces se transforma en un sitio de descanso o de recreo (excepto por aquellos días en los que puedo contar un cuento, hacer una caricia y soñar con mis dos hijas a que es un barco, un cohete o una estrella .
Esta cama, aunque me pese, es un apéndice momentáneo  de mi cuerpo y, sin embargo, me rebelo y salto de ella en un intento por volver a ser la de antes; o cuando la vida, esa que debo vivir por mí y por todas mis compañeras,  me reclama con nimiedades cotidianas que, para mí, representan grandes heroicidades: vestirse, peinarse y ponerse una máscara, hacerse visible. 



En esta cama he sudado, he llorado, maldecido y reclamado: respeto, tolerancia y empatía.
En esta cama he reído, me he conmovido y me he indignado.
En esta cama he pensado que me vuelvo loca, o gaviota o polvo o estrella.
 En esta cama, aunque no descanse, he decidido no regatear ni justificarme con nadie.
 Es, esta cama, el risco en el que atesoro a mis amigos, en el que me desapego y en el que he decidido no sobrevivir, sino supervivir a fuerza de coraje, de humor y valentía...aunque me llamen mentirosa, perezosa, hipocondríaca , neurasténica o deprimida. Aunque no me crean, cuando digo, que  la luz, el aire, el sonido a veces son mis enemigos; que no intento ignorarlos, cuando me pierdo en los laberintos de la memoria; aunque a veces, rodeada de múltiples afectos, me sienta sola y confundida. 

Y, por eso, decidí abrir este espacio: para contar lo mío. Si en el viaje, que me planteo en esta cama, alguno quiere compartirla conmigo, que se sienta desde luego bienvenido. Aquí no se juzga, ni sospecha, ni murmura, ni se ofende ni aconseja...


AQUÍ NADIE ES INVISIBLE, ES AMIGO

2 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué maravilloso relato.
En cuanto a tus dudas iniciales, son lógicas, tras tanto tiempo sin la costumbre de escribir semanalmente.
Un fuerte beso y sigo alegre por tu vuelta.

Guadalupe Munguia dijo...

Gracias Pedro, viniendo de ti es un honor . Y bueno me parece que mañana también se pospondrà la leyenda porque, seguro sabràs, hoy es el circo este del Mèxico independiente y el grito en palacio y las palmadas en la espalda y, voy a tratar de colocar una entrada que exprese mi opinión al respecto.
Un beso y yo tambièn me alegro de recuperarlos.