MUSICA

sábado, 24 de mayo de 2008

CANTO NUESTRO...

Se supone que la inspiración nace en medio de las tormentas, Si es que hacemos caso a lo que dicen los psicoanalistas sobre la sublimación.

No sé ustedes pero yo, para poder escribir, necesito estar contenta...

En medio de alguna batalla, de alguna desazón o de la confusión, me es muy difícil tomar la pluma (en este caso, teclear en el ordenador/computadora) para desenmarañar lo que me está pasando. Me dedico, en estos casos, a tratar de resolver el problema o a "disfrutar" la pena, a través de las herramientas que tenemos en estos casos: meter el dedo en la herida para hurgar en ella y, porqué no, permitir a la autocompasión instalarse cómodamente, aunque sea por momentos. Después me es más fácil tomar el problema y analizarlo con técnicas diferentes: la culpa, la proyección, la racionalización y todas las otras que, seguramente, son conocidas por la gente familiarizada con los procesos de duelo. Este análisis me toma mucho o poco tiempo, de acuerdo a la importancia que yo creo tiene el desorden en cuestión.

Sin embargo, en medio de todo este proceso, la vida me va recetando algunas píldoras que alivian la migraña espiritual de la que les he hablado. Y menos mal porque, conforme va pasando el tiempo, nuestros límites de tolerancia se estrechan , mientras que las obsesiones y manías se incrementan.

Pues bien, en esta ocasión, me llegaron tres regalos, personificados en la figura de dos amigos y una canción: hace dos días tuve la visita de alguien que conozco desde hace mucho pero que, por razones que no viene al caso explicar, no había querido entrar nunca en casa. En esta ocasión estuvimos platicando en la cocina y, al despedirse, me dijo que le daba gusto verme. Poca cosa, quizá, si pensamos que la frase pudiera ser tópico común. Sin embargo, para mí constituyó una llamada de atención, para no dejar pasar por alto que hay personas que te honran al destinar un puesto en el lugar de sus afectos, y tú ni siquiera te habías dado cuenta. Puedo decir, entonces, que no es un "conocido" simplemente... que es mi amigo, del tipo de amigos que no necesitas ver o hablarle continuamente para saber que puedes contar con él.

El segundo regalo me llegó a través de una de esas voces que leo. Resulta que, todo el tiempo que hemos venido platicando a través del internet, ha servido para derribar una barrera muy grande: la distancia. Saber que esta voz inteligente, empática (y simpática), considera que puedo ser depositaria de algunas de sus confidencias, me iluminó el día. También me trajo el eco de otra voz (esta sí corpórea): la de una amiga muy querida, cuyo tantra-regalo, destinado sólo para mí, fue: "Tanto análisis, causa parálisis".

Ignoro si la querida voz-lectura de la que les hablo visite este blog con frecuencia... de todos modos, le dejo aquí un agradecimiento y un beso por la confianza, por el recuerdo y por el tercer regalo del que les quiero hablar hoy. Para corresponder a mi voz-lectura le dejaré , en un rato, otra de Filio: "Me doy a hacer una canción"

Resulta que, buscando en la red y entre mis discos, algunas canciones de Alejandro Filio para compartirlas con esa voz-lectura, me encontré con "Rescate". No es una canción de amor...o mejor dicho, es de un amor diferente al romántico. Trata del amor que le tenemos a todo lo que hacemos, sin esas etiquetas de "bueno-malo" que tendemos a colgar cuando no alcanzamos a comprender algo. "Rescate" tiene, además, una introducción que, en lo personal, me pienso rezar todos los días (si claro, soy atea, pero eso no es impedimento para creer en otras cosas).

Les dejo la plegaria por si hay alguna otra voz navegante a la que le pueda ser útil:

Canto nuestro
que estás en tu tiempo
no etiquetado sea tu nombre.
Venga tu intento,
hágase tu libertad
en la prosa como en el verso

Danos hoy nuestro pan de cada día
y perdona nuestras blasfemias,
como también nosotros perdonamos
a los que no te entienden.
No nos dejes venderte al por mayor
y líbranos del rap.

Amén


jueves, 15 de mayo de 2008

El Puente

Intentaba trabajar algo, sobre este bellísimo poema de Benítez Carrasco, pero después de terminar la entrada anterior, me he dado cuenta que es mucha soberbia y que, al final, el texto va a decirle algo diferente a cada persona que lo lea.

A mí me dice que tengo que ser río, aunque por el momento tenga que ser puente. Cosas que pasan cuando tienes que adaptarte a un contexto temporal. Sin embargo, aún puedo ser río a través de estas notas, a través de las cosas que hago por gusto y a través de los amigos que me sostienen en sus brazos, en estos momentos de alas quebradas.

¿Será posible la depresión optimista? No lo sé. Sólo sé que llevo mucho tiempo contenta, a pesar de que lo que me rodea no hace, a la que estoy viviendo, la mejor época . En fin, para todos los puentes-ríos, este poema:

EL PUENTE-Manuel Benítez Carrasco.ppt

martes, 13 de mayo de 2008

De Neruda

Gracias a Bécquer, de la Tuna de Económicas de Sevilla, por regalarle a Tintin esta joya y , así, compartirla con más de nosotros.
Yo, por ejemplo, la estaba necesitando mucho.
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Para escuchar mientras lees, Xiomara Laugart:
02 - Ni Un Ya No Estas.mp3


Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismostrayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.

Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando esta infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...

¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!

jueves, 1 de mayo de 2008

LIDIANDO CON LA CONFUSIÓN

Si es que tenía que haberlo aprendido antes: las grandes decisiones nos llevan a asumir riesgos y consecuencias igualmente grandes. Y digo esto porque, desde hace un tiempo, la vida se está encargando de ponerme cosas en el camino, en un intento para que yo la escuche. El intento no ha sido vano, el problema radica que, mientras mi voz interior me pide una cosa...el ruido externo me reclama con mil cosas diferentes, que nada tienen que ver con lo que en este preciso momento quiero y necesito. Gran parte del ruido proviene de las voces que me urgen a caminar, trabajar, comprar, vestir, comer,, discutir, defenderme, proveer (ésta, por ejemplo, me reclama a gritos).

Tengo una migraña espiritual espantosa.

Hay una voz, sin embargo, que reclama con más fuerza. Una voz que me viene del otro lado del mundo y que, no por lejana, no haga sentir su presencia en cualquier momento del día. La voz tiene un rostro (fotográfico, por el momento) y no tiene sonido...al menos el que se escucha con los oídos. Esta voz se escucha leyendo. Y a pesar de que esta voz no adquiere una forma concreta, pues no puedo describir lo que cabalmente no comprendo , es una voz que busco entre todas las otras voces que leo.
Parece mentira que, a mis años, todavía siga esperando que alguna botella, de tantas que navegan , me traiga un tesoro secreto.