MUSICA

lunes, 30 de junio de 2008

Soy mi cuerpo...y algo más

En un par de entradas anteriores, hice mención sobre lo malo que tiene los tópicos típicos, cuando van dirigidos a personas que están atravesando por un problema (emocional, de salud, económico, etc). Esas frases que todos hemos dicho o escuchado, al menos una vez en la vida, o bien sirven para disfrazar el miedo de los demás ante su incapacidad de hacer algo por tí, o bien sirven para minimizar el problema que experimentas porque, en ocasiones, las personas creen que estás exagerando y que, de la noche a la mañana, tu carácter se ha agriado y te has vuelto un gruñón insoportable.

"El estómago, los intestinos, el corazón, los nervios, creo que hasta los riñones se me están echando encima. Necesito otro cuerpo. Necesito un cuerpo de metal para que aguante. O bien un árbol o una piedra. Tiene que ser resistente al venenoso amor, a la insondable fatiga, al alcohol tutelar, a la congregación de los presagios, al ritmo impúdico, vicioso de la vida. La paranoia se desnuda al pie de la cama y baila silenciosamente. Me pongo a ver un programa de vaqueros en la televisión. La muerte no importa. Lo que importa es la lluvia afuera,la insensible tarde, la vida despidiéndose inútilmente" (Jaime Sabines)
Luego, además, si el dolor es físico, las personas que te rodean achacan cualquier cambio de humor, cualquier atisbo asertivo en tu opinión, como causado por el dolor y no porque tengas derecho, como todo el mundo, a tener días malos o a opinar diferente. Si encima los tienes acostumbrados a verte fuerte, optimista, "gracioso" o feliz, el que de repente no te encuentres bien o no te dé la gana ser la "payasita de la fiesta", parece que se les mueve el piso y que no tuvieras derecho ni siquiera a quejarte un poco...como todo el mundo.

"Soy mi cuerpo. Y mi cuerpo está triste y está cansado. Me dispongo a dormir una semana, un mes; no me hablen. Que cuando abra los ojos hayan crecido los niños y todas las cosas sonrían. Quiero dejar de pisar con los pies desnudos el frío. Échenme encima todas todo lo que tenga calor, las sábanas, las mantas,, algunos papeles y recuerdos, y cierren todas las puertas para que no se vaya mi soledad. Quiero dormirme un mes, un año, dormirme. Y si hablo dormido no me hagan caso, si digo algún nombre, si me quejo. Quiero que hagan de cuenta que estoy enterrado, y que ustedes no pueden hacer nada hasta el día de la resurrección. Ahora quiero dormir un año, nada más dormir." (J. Sabines)

Claro que se agradece que la gente trate de ser amable contigo, el problema es que, cuando te sientes en el fondo, o cuando tratas que el dolor no se refleje en tu rostro, de poco sirve saber que "Mañana será otro día", cuando el día que estás viviendo parece no terminar nunca.

Cuando despiertas, por la mañana, tan cansada que parece que no hubieras dormido, de poco sirve saber que "otros están peor que tú". Un "mal compartido" no es más llevadero.

Cuando, por el contrario, te tiras sin dormir hasta dos o tres días, es inútil que te digan "eso es depresión", especialmente cuando parecen creer que la dichosa "depresión" es por algo que te estás imaginando o que depende tan sólo de un esfuerzo de voluntad personal, el vencer el insomnio.

Cuando las cosas, que normalmente hacías y que te gustaban, te cuestan un considerable gasto de energía y dolor: caminar, abrir la tapa de los envases; bailar, cargar algún objeto (aunque no sea pesado), ir a trabajar, etc., escuchar un "tienes que aprender...a relajarte y/o a vivir con el dolor", te provocan ganas de gritar y de preguntar ¿Quién es el experto que me va a enseñar?

Y cuando, haciendo acopio de la voluntad para pasarlo bien, a pesar de todo, y buscar rodearte de las cosas, lugares o actividades que te gustan...no falta alguien que te diga "¿Pues no que te sentías tan mal?", como si uno estuviera en la obligación de sufrir, sí, pero en silencio para no incomodar a nadie y metidita en tu casa, como esos héroes anónimos de las historias de televisión.

Pues no, nada de eso sirve. lo que es realmente útil es el que comprendan que, cuando alguien está pasando por situaciones como las que he descrito...al quejarse, uno busca más que consejo, consuelo.

Dice una canción de Mexicanto: "Me basta el silencio, cuando es tuyo y significa comprensión, me basto yo si tú me quieres como soy"

Con mi dedicatoria para todos aquellos que están sufriendo por alguna enfermedad reumática, degenerativa o endocrina...de ésas que dicen los médicos que no son mortales, pero que tampoco se curan, sino que se controlan. De las enfermedades que no causan simpatía entre la gente que no las sufren y, por tanto, no las entienden. Para todos , decir que se vale quejarse haya o no oídos que escuchen .

10 comentarios:

Ricardo Silva Reis dijo...

Muito boa esta reflexão sobre o ser humano. Belissimo.
" me basta el silencio, cuando es tuyo y significa compreension..."
Muy bonito.
Beijinhos

Guadalupe Munguia dijo...

Muchas gracias.

Creo que hay sentimientos, que son sobrevalorados, mientras que otyros no son bien vistos. Por ejemplo, la compasión hacia otras personas es considerada como valiosa y síntoma de un carácter fuerte, valeroso. Mientras tanto, la autocompasión es considerada un defecto, y yo creo que , de vez en cuando, estamos autorizados y tenemos derecho a sentirla. Después de todo, aquello de "ama a tu prójimo como a tí mismo" también tiene que ir en sentido inverso: "Ámate, como amas a tu prójimo; consuélate y sé compasivo, también, contigo mismo"

Hablando de otra cosa, tu blog es una joya y, como ya has visto, he colocado un enlace a él.

Besos mexicanos

Ricardo Silva Reis dijo...

Claro que permito. Até fico contente...
Obrigado pela "cancion".
Beijinhos

Miriam dijo...

Hola! primera vez por aquí, me gustó mucho esta entrada. Te seguiré visitando y leyendo.
Besos Argentinos

Guadalupe Munguia dijo...

Gracias Miriam, un honor tenerte por aquí y que consideres regalarme tu tiempo, con todo lo que hay para leer en internet.

Regresa cuando gustes, que me va a dar mucha alegría verte.

Besos, esta vez, internacionales (gracias a todos ustedes)

Miriam dijo...

Aquí de nuevo! Vengo a leerte con más tiempo, en la entrada anterior no lo tenía.
Realmente me llegó muy ondo lo que dices del cuerpo, quien no ha tenido esos problemas alguna vez!
Pero tu apuntas a cosas mas graves, que a la vista de los demás no incomodan (como bien decís)pero para el que lo vive es un calvario en la tierra...
Si lo sabrás siendo maestra especial...
Gracias por visitarme en mi blog y para mi también es un honor que me leas!
Me recordaste algo que hace rato ronda en mi cabeza para una entrada y por tanto será para ti.
Besos

CarmenS dijo...

Cuanta razón tienes! El dolor que no se nota en la cara, que los demás no entienden, el dolor del que casi te culpan los médicos que no saben resolver el problema que te aqueja, que achacan a tu comportamiento negativo o a tu ansiedad porque no son capaces de ayudarte a remediarlo... El dolor que busca, como tú dices, consuelo, no consejos que, si no aceptas, conllevan reproches e incomprensión...

Guadalupe Munguia dijo...

Mi querida Cecilia:

Después de bregar con médicos, durante tanto tiempo, he llegado a la conclusión de que cuando no saben qué es lo que te pasa, lo resuelven todo llamándolo "depresión", "estrés" o "hipocondría"...

Gracias por visitar mi blog y dejar el comentario.}Besos filosóficos (porque no queda más remedio jejeje)

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Hola "Incombusible":

Paso por tu blog desde el de Míriam, intrigada por tu seudónimo.
He hecho un recorrido por tus entradas (muy interesantes) y me quedo prendada de ésta. Los que asomamos al mundo como la punta de un iceberg y llevamos debajo un brutal bloque de hielo, agradecemos encontrar a quienes como tú, sabéis captar las emociones del quiero y no puedo, del sí pero no, y de que al final, hay que tirar del carro y salir adelante (¡y vaya si salimos!).
Comparto también contigo el orgullo de ser latina, y de ser, por encima de todo, un ser humano abierto a los otros seres humanos.
Sin duda pasaré a leerte con frecuencia.

Un beso desde Salamanca, España.

Soledad.

Guadalupe Munguia dijo...

Soledad:
Muchas gracias por visitarme y por hacerme saber que te has pasado por mis entradas.

El seudónimo es mi punta del iceberg; es mi gozo y mi cruz... tengo fama de, como decimos por aquí, "aguantar un piano" y tener mucho sentido del humor. Esa es la parte gozosa, pues me permite verme rodeada de mucha gente que me estima : Es mi cruz, porque mantenerte siempre fuerte, siempre alegre, a veces es una carga muy pesada.
Últimamente me estoy dando permiso de sentirme mal y de no estar de humor. Cosas de cambiar con la edad y la experiencia.

Pero vamos, la naturaleza es así: tiene sus ciclos.

Lo que realmente ha sido una sorpresa es ver, como una entrada ,que pudiera ser considerada francamente deprimente, me ha permitido conocer a tan maravillosas personas.

Tengo un amigo salmantino, pero nunca he estado en Salamanca. Ya habrá ocasión pues es uno de los lugares en España, junto con Sevilla, que planeo conocer.

Besos mexicanos