MUSICA

lunes, 27 de octubre de 2008

Me voy a dar un coscorrón...

Por acá tenemos un dicho (que dicen que no es muy elegante, pero que aplica en este caso): "Tantos años de marquesa y no saber menear el abanico". Y sí, eso fue exactamente lo que pasó por mi mente cuando, al abrir mi correo encontré un mensaje muy lindo de Piedad, una bloguera muy especial a quien conocí en el espacio de Driada.

Piedad, en su blog, se define a sí misma, en estos términos: "Me llamo Piedad y soy invidente ama de casa, me gusta leer, escribir y todo lo bueno que la vida me pueda ofrecer como a todo el mundo". Y su blog , a pesar de que su título es simple y llanamente "PIEDAD", es todo menos simple. Les recomiendo que la visiten y comprueben lo que les digo.

Pero bueno, el coscorrón me lo voy a dar porque, después de 17 años trabajando en Educación Especial por y para la inclusión, parece que no he aprendido nada y que, aunque mi discurso profesional y personal, es el de un mundo para todos a la hora de llevarlo a la práctica como que se me olvidan ciertas cosas.

Verán, en el amable mensaje que me dejó Piedad en mi correo personal, me hizo caer en la cuenta de que, a la hora de poner la casilla de verificación de palabras (esa que ponemos para evitar el spam), sin reflexionar estaba poniéndole una barrera a personas que, como Piedad, utilizan un ordenador diferente para acceder a la blogocosa esta. El ordenador de Piedad, por ejemplo, no puede leer dicha casilla (obviamente, porque se pone para evitar mensajes de máquinas, en lugar de personas). Yo es que no he visto nunca un ordenador semejante (los habrá acá, pero serán un lujo y, los alumnos con los que yo tuve contacto, pertenecían a una zona muy pobre en México), así que no tengo idea de cómo funciona. Supongo que utilizará un altavoz, donde la máquina leerá el texto por ella y, para escribir, tendrá el teclado en Braille (investigando, me encontré con que existen, además, impresoras que también escriben utilizando este sistema de escritura).
Así que, agradeciendo el gesto tan delicado de Piedad de hacerme saber que ha entrado a este espacio para leerme, y para poder contar con su presencia en mi espacio , he desactivado la casilla de verificación de palabras. Aprovecho para pedirle que, como en muchas de mis entradas pongo nombres en diferentes idiomas indígenas, si tiene problemas para que su máquina los traduzca, me lo haga saber y así, en la medida de lo posible, ir tratando de "castellanizar" dichas palabras.

Y bueno, después del coscorrón y de exclamar "¡Por Minerva, pero que bruta que no lo pensé antes!" (que es como juramos los pedagogos jejeje), me puse a reflexionar en cuantas cosas hay que la mayoría damos por contadas o consideramos una insignificancia y que, para muchos, representan verdaderas barreras en el acceso no sólo a la información sino a productos y servicios básicos: desde subir y bajar escaleras en el metro y autobuses hasta abrir latas o frascos , caminar por las aceras, hacer la compra o realizar trámites burocráticos.

Si, yo sé que hay adaptaciones para garantizar el libre acceso pero, al menos en mi país, son insuficientes y/o no están al alcance de todo el mundo. Pareciera que, a menos que haya una población muy grande, el hacer el esfuerzo y el gasto que implica eliminar esas barreras, es un desperdicio por aquello del costo-beneficio. Luego está la gente común que contempla a la gente con alguna necesidad especial con "misericordia" o con fastidio o, peor, con completa ignorancia. A mí me ha tocado ver como, en la calle, la gente estaciona sus vehículos frente a las rampas para sillas de ruedas (pensando muchos que "un momento" no es para tanto) o a otros que, en el metro, sufren repentinos ataques de narcolepsia que les impiden ceder el asiento a personas que los necesitan más. Tal parece que se sienten libres de todo mal, que el tiempo (por la edad) o las circunstancias (por accidentes o enfermedades) no los pondrá, en algún momento de sus vidas, en la lista de usuarios de estas modificaciones. Ese es el problema con la gente que vive en lo inmediato y lo aparente. Todos tenemos alguna necesidad especial, porque todos somos especiales. Todos necesitamos de todos, y todos tenemos derecho a recibir lo que necesitamos para realizar nuestras actividades cotidianas de la mejor manera posible, para que hacer esas cosas que consideramos nimias, insignificantes, y no cueste tanto esfuerzo y tanto tiempo que bien pudiéramos dedicar en actividades más estimulantes.

La inclusión no se da por decreto, porque no es algo que se tenga que discutir, como los derechos humanos, sino que garantizar y proteger. Y la primera condición para realizarla es, precisamente, erradicar las barreras de acceso (físicas y mentales) que van apareciendo. Digo, yo es que prefiero disfrutar de las ideas de todos ustedes, que pasarme una hora "decodificando" el mensaje.

Gracias Piedad, por recordarme que entre lo que uno piensa, dice y hace debe existir congruencia.

Buen inicio de semana para todos

7 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Todos los días debemos aprender cosas: yo también tengo incoherencias y agradezco que me las hagan ver para mejorar.
Saludos.

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

No creas yo también de vez en cuando me deberia dar el coscorrón por cabeza dura. Aqui decimos En casa del herrero cuchara de palo. Tanto tiempo velando por la diversidad y de vez en cuando me pongo a colgar imagenes y me olvido de describirlas, por eso los amaneceres Y desde luego Piedad es todo un ejemplo de fortaleza y tu todo un ejemplo de belleza de corazón.
Besos

CarmenS dijo...

Voy a darme el pertinente coscorrón y voy a quitar mis letras. Las puse por lo de los virus, que estaban entrando por todas partes. Pero esto que dices es importantísimo.

Cartas que nunca escribí dijo...

Como siempre es un placer llegar aqui y leerte. Hoy, coscorrones salen. Cuánta verdad en tus conclusiones. A Piedad, la visitaré, para agradecerle su estar aqui y hacernos ver lo que ella ve.

A ti mi abrazo y agradecimiento por tus visitas, por leer las cartas que van llegando al buzón, por tu comentar.

Marcelo dijo...

Nuestros pobre estados subdesarrollados de latinoamérica, siempre llegan tarde a todo. Somos nosotros los que tenemos que marcarles el paso. Como por ejemplo escribiendo una post como este.
Un beso

Guadalupe Munguia dijo...

Siempre es bonito tenerles aquí, pero les agradezco especialmente el que hayan comentado esta entrada, porque es un tema en el que estoy particularmente involucrada.

Pedro: la capacidad para aprender, sorprendernos y agradecer distingue a la gente brillante y generosa. Muchas gracias por tus palabras.

Driada: Yo creo que lo que has hecho tú, con tus amaneceres y esa entrada maravillosa que parece no va a terminar nunca, es mucho más significativo que el autocoscorrón puesto aquí. Gracias por el halago y seguiremos visitando a piedad porque también es maravillosa.

Cecilia: Los detalles, como este que vas a tener quitando tu casilla de verificación, es precisamente lo que marca la diferencia. Igual si nos llega un spam nos va a costar algo más de tiempo el borrar el comentario o el estar alerta para no abrir los enlaces malintencionados. Pero yo sé que tú te das cuenta que vale la pena si, gracias a ese gesto, estamos en condiciones de acercarnos a más seres humanos. Un beso.

Mi queridísima Esme, para mí es un privilegio entrar a tu blog y leerte. Me encanta como escribes y lo generosa que eres compartiendo tus experiencias y sentires. desde acá un beso también para ti.

Marcelo: Este tipo de cosas hay que estarlas escribiendo continuamente, porque la gente se distrae y se olvida o no pone atención (ya te digo, si por eso me he dado el coscorrón). Y no creas, algún día lo comentaré, pero cuando estuve en Japón, ya hace algún tiempo, con todo y su tecnología y poder económico 8que por entonces todavía tenían), también llegaron tarde al movimiento inclusivo y había gente que, por cuestiones culturales, todavía tenía segregados a sus individuos especiales. Y no solo en la cuestión escolar, es que ni siquiera veías a gente con ciertos requerimientos, en la calle.

Besos y apapachos a todos

Martine dijo...

Cuanta Empatia en esta Entrada... Eres realmente solidaria... Lo de las letritas las quité por otros motivos, pero me alegra haberlo hecho, ahora sé que también era obstáculo para personas que desean estar en contacto...

un beso, Amiga Solidaria.