MUSICA

viernes, 31 de octubre de 2008

Para continuar, una leyenda de miedo: La Llorona

"¡Ay mis hijos!" Este era el aterrador grito que se escuchaba, después de las diez de la noche, en las calles de la Nueva España durante la mitad del siglo XVI . El horrible lamento, que parecía surgir de todas partes, llenaba de temor las calles, produciendo el pánico de todos sus habitantes, quienes cerraban sus puertas y ventanas en cuanto las campanas de la Catedral anunciaban el toque de queda. Ni siquiera los bravos soldados, curtidos por la experiencia de la Conquista, se atrevían a asomarse para saber de dónde provenía llanto tan lastimero.

La Llorona, que era el nombre que le daban a este extraño fantasma que aterrorizaba a los novohispanos, aparecía a la distancia vistiendo una túnica blanca que parecía flotar en el aire. La cara, cubierta con un velo que, debido a la brisa nocturna, parecía envolver todo su cuerpo y así, como flotando, recorría las calles y plazas de la ciudad y levantando las manos al cielo, clamaba desesperadamente: ¡Ay mis hijos! Este grito desesperado desaparecía, con terribles ecos, para volverse a escuchar en alguna otra parte de la ciudad. Después de vagar por las calles y plazas, el fantasma llegaba a la explanada de la Plaza Mayor (a un costado de la Catedral), donde se arrodillaba e inclinaba como si fuera a besar el suelo para, después, levantar su fantasmal rostro y volver a gritar "¡Ay mis hijos!". Una vez hecho esto, la Llorona se dirigía hacia el lago de Texcoco (tecscoco) y desaparecía dentro de las turbias aguas.

Los rumores no tardaron en aparecer: algunos aseguraban que esta misteriosa mujer había muerto de tristeza, cuando su marido volvió a casarse olvidándose de ella. Otros decían que se trataba de una pobre viuda, cuyos hijos habían sido asesinados y ella los buscaba desesperadamente. Muchos más decían que, por el contrario, ella era quien los había asesinado por despecho cuando, después de haber sido seducida por un cortesano español, éste la abandona para casarse con alguien de su condición social, olvidándose de ella y abandonándola con los hijos que juntos habían procreado. Algunos afirmaban que se trataba de Doña Marina (mal llamada "La Malinche, la intérprete que sirvió a Cortés en su campaña por la conquista de México) y que penaba para expiar la culpa de haber traicionado a los suyos.

Cuento o leyenda, la Llorona es un relato que no sólo pertenece a la Ciudad de México. Hay otras ciudades en el país que reportan haberla visto en las encrucijadas de los caminos o en las riberas de los ríos. Ha sido vista cruzando colinas o sentada sobre rocas, siempre llorando. Camina sobre las orillas de lagos y lagunas para, después, sumergirse en sus aguas.

Pero la leyenda de la Llorona, en México, es mucho más antigua ya que fue uno de los presagios que Moctezuma, supuestamente, contempló y que le avisaron de la inminente caída de su Imperio con la llegada de los conquistadores españoles. En ese presagio, la mujer exclamaba: "¡Ay mis hijos! ¿Dónde podré llevarles para que no se pierdan?"

La leyenda de la Llorona, continuó hasta bien adentrado el siglo XVIII, hasta desaparecer por completo...sin embargo, a mí todavía me tocó escuchar aquello de "Pórtate bien, niña, que si no viene la Llorona por ti". Y he de confesar que, durante mucho tiempo, la Llorona fue parte de mis pesadillas, gracias a una película mexicana (con la bellísima Ma. Elena Marqués, convertida en una espantosa bruja), en blanco y negro, de aquellas películas en donde se podía ver el hilito que usaban los murciélagos de plástico y que anticipaban al vampiro con colmillos también plásticos. Hoy se la pongo a mi hija y le causa una sonora carcajada, especialmente cuando ve a su mamá, todavía, taparse los ojos con las mantas, cuando la música se pone tenebrosa.

Y bueno, en Xochimilco, concretamente en el Canal de Cuemanco, en víspera del día de Muertos, se hace la representación de la Leyenda Azteca de la Llorona. Este año, comienzan hoy 31 de octubre y terminan el 23 de noviembre...no se lo pierdan que, entre el agua, la belleza del paisaje, la noche y el montaje, igual harían bien en llevarse una manta para taparse los ojos...en caso necesario.

Aquí, unas imágenes del islote donde se realiza la representación, antes y durante el espectáculo













Se me olvidaba, una disculpa por publicar tan tarde la leyenda... pero apenas me voy recuperando del cumple de la piraña mayor , jejeje.


Lo otro es decirles que, hoy que estuve de visita por sus espacios, me sorprendió muy gratamente el ver que muchos de ustedes quitaron su casilla de verificación de palabra... solo puedo decirles que ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR TENER ESE CORAZÓN DE ORO!

Besos a todos y feliz fin de semana

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¡Qué leyenda! Como dices, es lo que hoy llamaríamos una leyenda urbana: conozco, en España, varias similares.
Saludos.

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

Que preciosa leyenda la que has escrito hoy. Estoy aprendiendo un monton de cosas de tu pais que ya sabes que admiro muchisimo y tu haces que cada vez lo vea con ojos de ensueño casi magico.
¿Bien el cumple?
Un abrazo grande

Martine dijo...

El trozo de tarta era buenísimo... Además buena cocinera!!!
Mira que siempre me sentí atraída por México, su pasado Precolombino, buscaba libros e información.. Pero ahora sólo entrando en tu "casa" encuentro eso y más, mucho más... y Nos lo cuenta una Amiga... Qué más se puede pedir?

A cambio te dejo unos besitos perfumados de canela... Con una flor...