MUSICA

lunes, 15 de septiembre de 2008

Guanajuato 2: El Pípila

La palabra "Guanajuato", proviene de dos vocablos purépechas: Kuanasi y Uato que, unidas, significa "Lugar o cerro de las ranas", debido a los cerros que rodean a la ciudad y que, a los antiguos purépechas, les parecía que tenían forma de ranas. El peculiar trazado de la ciudad, donde sus calles serpentean llevándonos de sorpresa en sorpresa, en medio de plazas, teatros, jardines y callejones, convierten a Guanajuato, en una ciudad susceptible de originar una serie de mitos y leyendas, desde las más románticas, hasta las más terroríficas. Dicen de esta ciudad que está vestida como una cebolla: capas y más capas de bocaminas, ruinas subterráneas y rincones extraños. Su arquitectura colonial y majestuosa ayudan mucho para que la historia se convierta en mito y, de ahí, en leyenda.
EL PÍPILA Y LA ALHÓNDIGA DE GRANADITAS

La Alhóndiga de Granaditas es un edificio, en el centro de la ciudad, que fue construido como almacén, con el objetivo de garantizar el abasto de granos, durante la época colonial. El 28 de septiembre de 1810, fue escenario de la primera lucha armada del movimiento independentista encabezado por Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Miguel Aldama y Mariano Jiménez. Los libros de historia nos dicen que, una vez declarada la guerra de Independencia (el famoso Grito de Dolores), el ejército Insurgente marchó a la Ciudad de Celaya y, desde ahí, hacia Guanajuato con el objetivo de tomar la ciudad y apoderarse del oro y pertrechos para iniciar y mantener al movimiento independentista.


Fue, en la Alhóndiga, donde se refugiaron el ejército que resguardaba la ciudad, así como las familias españolas y criollas más ricas junto con sus bienes más preciados: oro, joyas y alimentos necesarios para resistir el sitio. Siendo la Alhóndiga una fortaleza casi imposible de conquistar, Hidalgo y los otros jefes insurgentes, decidieron que la única forma de tomar el edificio era incendiar la puerta principal, decisión que le fue comunicada a Juan José de los Reyes Martínez Amaro (El Pípila) quien se ofreció como voluntario para llevar acabo tan peligrosa misión.

El Pípila se cubrió la espalda con una loza, tomó una antorcha y, dirigiéndose a la puerta en medio de una lluvia de balas, la untó con brea y le prendió fueg
o, dando paso así a los insurgentes que, una vez tomado el edificio, masacraron a la guarnición realista y a los refugiados que ahí se encontraban.

¿QUIEN FUE EL PIPILA?
Nacido en San Miguel el grande (hoy San Miguel de Allende, Guanajuato), el Pípila fue un minero (barretero) de ascendencia indígena. Afectado por una enfermedad silicosa, adquirida en las minas, su cara estaba llena de "pecas", razón por la cual le apodaban Pípila ( que es la forma en la que se le llama al guajolote o pavo común, en la región del Bajío mexicana) recordando las manchas de dicho animalito.
Durante ese tiempo, los mineros guanajuatenses eran castigados duramente, por oponerse a la expulsión de los jesuitas de Real de Minas, ordenada por Carlos III: unos fueron ejecutados, otros azotados públicamente o, en el mejor de los casos, permanecieron endeudados en las tiendas de raya. Esto motivó a muchos mineros se unieran al movimiento insurgente.
El Pípila, una vez terminada la guerra de independencia, se retiró a seguir trabajando como minero y murió a consecuencia de los gases presentes en las m
inas.

Hoy en día, muchos historiadores dudan de la hazaña (pero no de la existencia) de este minero, argumentando la dificultad para una sola persona, de
cargar con una loza y, al mismo tiempo, incendiar una pesada puerta. Dicen que, para ello, era necesaria la intervención de más personas. Pero que se lo cuenten a quienes le recuerdan con una estatua de 26 metros de altura ( del escultor Juan Olaguíbel), erigida en la parte alta de la ciudad, o a quienes, cada 28 de septiembre, otorgan la presea "Pípila de Plata" a las personalidades guanajuatenses por su labor en beneficio de la ciudadanía.

Siguientes : "LA PRINCESA DE LA BUFA" Y "EL CALLEJÓN DEL BESO"

3 comentarios:

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

Hola
Historia y leyenda la fragua de nuestras culturas. Uno de mis sueños es viajar no se si algún día visitaré Méjico. pero algo es algo al leerte hoy y antes de empezar mi trabajo , pues ha servido de excursión matinal. Me gustan estas historias que se cuentan pero no se sabe donde empezaron.
Un beso

Guadalupe Munguia dijo...

Gracias Driada
Quise comenzar con la del pípila, por lo de la celebració de independencia pero, guanajuato, tiene tantísimas leyendas que yo pienso será mejor irlas poniendo de dos en dos (cosa de no agotar los espacios9. Iré intercalando más fotos de esta ciudad, que es una de las más bonitas de mi país.

Ojalá puedas venir tú, y todos nuestros amigos, a mi país, y disfrutar de la hospitalidad mexicana (que dicen por ahí nos ha hecho famosos).
Besos para ti también

Miriam dijo...

Que bueno saber que ha comenzado una serie de historias que cuentan de tu tierra. Es hermosos ver las fotos acompañadas de estas historias que nos muestran aunque sea un poquito de como se construyó la sociedad de tu país.
Besos